La eco-innovación se refiere a toda forma de innovación que crea oportunidades de negocio a la vez que beneficia al medio ambiente, previniendo o reduciendo su impacto u optimizando la utilización de los recursos. Es decir, supone nuevos enfoques o formas de trabajar que permiten mejorar los resultados empresariales a la vez que se disminuye el impacto ambiental de la empresa.

Una organización puede eco-innovar en las tecnologías que utiliza, la estrategia de negocio, los procesos comerciales o el propio producto/servicio.

Las empresas pueden y deben sacar partido del valor generado a partir de la eco-innovación, convirtiendo sus actuaciones en importantes factores de ventaja competitiva en el mercado, más aún en un mercado globalizado como es el actual. Los beneficios son fundamentalmente de 3 tipos:

– Eficiencia en las operaciones de la empresa: ahorro de recursos

– Diferenciación competitiva: valor de marca

– Crecimiento sostenible: creación de valor a corto y largo plazo

Algunos datos interesantes procedentes de un eurobarómetro sobre eco-innovación apuntan a la importancia creciente que le dan las empresas, así como las barreras y los facilitadores que éstas encuentran. Algunas de las conclusiones de dicho estudio son:

– Un 30% de empresas consideran una barrera muy seria el escaso acceso a subsidios o incentivos. En este sentido existen varias líneas de apoyo económico a las empresas para la realización de proyectos de eco-innovación, incluso con diagnósticos gratuitos del potencial de la empresa.

– Más del 50% consideran importante la falta de personal y capacidades de eco-innovación dentro de la empresa. Es por ello por lo que se suele recurrir a asesoramiento experto. Las líneas de ayudas mencionadas anteriormente pueden ser un factor decisivo para que empresas sin demasiados recursos puedan acceder a conocimiento avanzado.

– Más del 40% apuntan hacia el limitado acceso a información y conocimientos externos, así como servicios de soporte. Esto sólo se puede solucionar contando con asesores especializados, por lo que es recomendable contar con un colaborador de confianza con el que establecer una relación a largo plazo.

Sin duda, contar con la ayuda de especialistas y de ayudas económicas favorecerá la puesta en marcha de la eco-innovación y contribuirá a mejorar la competitividad de las empresas. En cualquier caso, la tendencia global es incorporar esta visión en las empresas, sea cual sea su sector económico, ya que de no hacerlo se verán irremediablemente fuera del mercado a medio plazo.

Sin embargo las empresas que incorporen criterios de eco-innovación a su gestión, pronto verán recompensadas sus actuaciones con beneficios. Este hecho se refleja bien en el último informe de WWF y Verdantix en materia de sostenibilidad, que afirma que las empresas continúan avanzando en sus políticas de gestión sostenible y ya reportan grandes beneficios a través de estas.

Por Cristóbal Duarte – Director Técnico en EcoAvantis

Publicado en Andalucía LAB

Febrero 2013