En 2015, el Mit Sloan Review Management, en colaboración con The Boston Consulting Group, llevó a cabo un estudio en el que fueron encuestados más de 3000 gerentes con el objetivo de determinar en qué grado los inversionistas están tomando en cuenta la sostenibilidad de las empresas a la hora de decidir dónde invertir.
El estudio ‘Invirtiendo para un futuro sostenible’, ha venido a confirmar lo que pocos se imaginaban: la existencia de una brecha entre lo que los inversores están buscando y lo que los directivos creen que están buscando.
Hoy en día, los inversores quieren conocer el progreso sostenible de la empresa y, por lo tanto, los directivos necesitan comenzar a alinearse con esta mentalidad, ya que aún son muchos los que piensan que sus inversores sólo se preocupan por los resultados a corto plazo.
Son seis los puntos más relevantes del estudio:
- La percepción de los gerentes en cuanto a los inversores no está al día.
Mientras que el 75% de los altos ejecutivos de las firmas de inversión considera que un buen desempeño sostenible es muy relevante en el momento de decidir dónde invertir, tan sólo el 60% de los gerentes de las empresas piensa lo mismo.
- Los inversores creen que la sostenibilidad crea valor tangible.
Más del 60% cree que un desempeño sostenible estable reduce los riesgos de una compañía.
- Los inversores están dispuestos a retirar sus inversiones.
El 60% de los miembros de la junta de consejo en firmas de inversión se plantean dejar de invertir en compañías que tengan una mala huella de sostenibilidad. Y para muestra de ello, más de 400 instituciones y 2000 inversores alrededor de 43 países, se han comprometido a desinvertir más de 2.000 millones de dólares en activos de compañías de combustibles fósiles.
- Hay una falta de comunicación entre los corporativos y las firmas de inversión.
Únicamente el 51% de los altos directivos y el 31% de los mandos medios y empleados, están siendo informados sobre la estrategia de sostenibilidad de la empresa. Por otra parte, casi el 80% de los departamentos encargados de las relaciones con los inversores informó que no incluyen regularmente temas de sostenibilidad en las presentaciones que les hacen.
- Los índices de sostenibilidad están perdiendo su credibilidad.
Sólo el 36% de los inversores considera relevante que una empresa sea incluida en algún índice de sostenibilidad. La razón por la que los inversores no creen en la información que reportan los índices de sostenibilidad es por el grado de subjetividad, ya que dichos cuestionarios normalmente son respondidos por las propias empresas, lo cual deja en duda su integridad y exactitud.
- Pocas empresas han desarrollado una estrategia de sostenibilidad.
El 90% de los encuestados consideran esencial tener una estrategia de sostenibilidad, pero sólo el 60% confirma que su empresa esté llevando a cabo alguna.
Según el estudio, los tres factores que están llevando a los inversores a mirar hacia la sostenibilidad son:
- El crecimiento y sofisticación de los modelos analíticos, que evalúan los factores ESG y muestran cómo y cuándo las inversiones en sostenibilidad crean valor para los accionistas.
- Estudios académicos y de consultoras, que demuestran la relación entre una gestión eficaz de la sostenibilidad con un sólido desempeño financiero.
- Un cambio de actitud dentro de la comunidad inversionista sobre la conexión entre un alto desempeño de la sostenibilidad, la creación de valor y la reducción de riesgos.
Las inversiones sostenibles están creciendo y así quedó demostrando por el Foro de Inversión Sostenible y Responsable (US SIF), quién informó que durante 2014 uno de cada seis dólares había sido destinado a estrategias de sostenibilidad, logrando así un 76% más que en 2012.
Además, a pesar de que los inversores están demandando más información acerca de la sostenibilidad de las empresas en las que invierten, la comunicación resulta insuficiente debido a que muchas organizaciones aún no tienen una historia que contar.
Por tanto, podemos decir que, la sostenibilidad se ha convertido en un elemento crucial para conseguir la inversión necesaria para que las empresas del futuro más inmediato puedan continuar a flote.