El desplazamiento de numerosos refugiados debido al Cambio Climático es inminente. Esto supone la necesidad de legalizar dichos desplazamientos para evitar escenarios conflictivos en los que no se respeten los derechos de estas personas.

 

Se habla de “refugiados climáticos” para referirse a grupos de personas que tendrán la necesidad de abandonar sus hogares y sus países, huyendo de las catástrofes como inundaciones, ciclones, tormentas, salinización, erosión, incremento del nivel del mar, etc., que asolarán sus tierras. En este sentido, los estudios llevados a cabo estiman que para 2050 el número total de “refugiados climáticos” pueda encontrarse entre 150 y 300 millones de personas.

Uno de los países que en la actualidad ya está viéndose afectado es Bangladesh, pues se trata de una nación vulnerable que carece de los recursos necesarios para facilitar el traslado de sus habitantes desde los lugares que están siendo devastados. Asimismo, se enfrenta al hecho de que sus países vecinos le impidan refugiarse, tal como sucede con India quién ha construido una valla con púas de unos 4.000 km de largo en la frontera. Algo similar fue lo que ha sucedido con los refugiados de Siria, cuya crisis ha sido en parte debida a las anomalías relacionadas con el clima.

Es justamente esto lo que hay que evitar, pues estas personas como cualquiera de nosotros, tienen el derecho a ser tratadas de forma digna y a que se les facilite ese desplazamiento, evitando así las tremendas consecuencias negativas que hagan que estas poblaciones tengan una deplorable calidad de vida e incluso se produzcan numerosas pérdidas de vidas humanas.

¿Cómo definir el término?

Al hablar de Cambio Climático sólo vemos lo que nos puede afectar de manera directa, tal vez para nosotros la única consecuencia ha sido que no hayamos podido esquiar este invierno debido a la escasez de nieve. Pero sí levantamos la cabeza y observamos más allá nos daremos cuenta que los efectos adversos del calentamiento global ya están afectando a las poblaciones más vulnerables y que además es un problema que nos involucra a todos pues se trata de una consecuencia de la contribución de las naciones ricas en la generación de la mayor parte de los gases de efecto invernadero, y que al final son los países en desarrollo los que están sufriendo los peores efectos.

En la siguiente infografía puedes ver cuáles son los países más vulnerables por el Cambio Climático, quedando representado cómo, en efecto, los países que más han contribuido a que se produzca este proceso son los menos perjudicados.


¿Qué se está haciendo?

Muchas personas, incluso naciones enteras, ven como una amenaza a estos colectivos desfavorecidos. En este sentido, hay que comenzar por no sólo definir sino legalizar el término de “refugiado climático” para que de esta manera se pueda garantizar a estas personas la protección de sus derechos humanos y la legitimación de la emigración a nivel internacional como estrategia de adaptación al Cambio Climático.

A pesar de todo, no están solos. Existen numerosas organizaciones que están trabajando para cubrir este vacío legal. Sin embargo, la concienciación sobre este tema es insuficiente, de hecho en el propio documento final de la COP21 se recoge esta delicada cuestión en el apartado de “Pérdidas y daños”, pero el mismo no propone un marco de actuación y tampoco reconoce la responsabilidad de los países industrializados hacía con los países que han sufrido, están sufriendo y sufrirán las consecuencias del Cambio Climático.

Por otro lado, para ser justos, hay que decir que los líderes mundiales han mostrado una mayor voluntad política para abordar este tema. En este sentido, en la apertura de los discursos de la COP21, la mayoría hicieron hincapié en los vínculos entre el Cambio Climático y la seguridad. Pero a fin de lograr emigraciones planificadas, el mundo debe adoptar una definición legal para el uso del término “refugiados climáticos”, con lo que evitar que la ambigüedad y la incertidumbre continúen paralizando a los líderes mundiales.

Y los propios refugiados, ¿cómo lo ven?

En cuanto a las personas afectadas directamente, hay muchos que prefieren no ser etiquetados como “refugiados climáticos”. Esto es así debido a las connotaciones negativas que tiene la palabra refugiados, pues consideran que supone perder la voluntad y convertirse en una víctima marginada. Por el contrario, otras naciones vulnerables presionan para que se legalice el término “refugiado climático” y obtener la protección de los derechos humanos permitida a otros refugiados.

Aun así, existe una idea generalizada en todas las naciones vulnerables y es que, mientras se debaten las definiciones y marcos de gobernanza, ellos ven la necesidad de una acción inmediata.

En definitiva, a medida que el número de refugiados crezca, el mundo tendrá que diseñar una estrategia para adaptarse a esta nueva realidad. Esto supone hacer frente a este problema a escala internacional mediante la creación de una hoja de ruta que permita que las emigraciones sean transiciones planeadas, dignas y pragmáticas de adaptación al cambio climático.

 

Fuente: Ensia