Una nueva investigación muestra que las prácticas de sostenibilidad tienen un impacto estadísticamente significativo en el éxito general de las iniciativas sostenibles de la cadena de valor, los ahorros de costes y su impacto en los ingresos.
“¿No le gustaría hacer más de lo que tiende a funcionar, y menos de lo que no funciona?”
Esa es la pregunta planteada por Dan Aronson en su arranque de sesiones sobre los resultados de sus investigaciones sobre las cadenas de valor sostenibles en la Quinta Cumbre de Sostenibilidad Anual MIT, 27-28 de abril.
Aronson, ex alumno de Sloan, que es actualmente el Director de Servicios Sostenibles con Deloitte Consulting, se propuso identificar las prácticas de gestión específicas que ayudan a las empresas a conseguir sus objetivos de sostenibilidad. Él y sus colegas hicieron hincapié en que su investigación se centra en toda la cadena de valor – proveedores, distribuidores y socios – en lugar de simplemente el análisis de la sostenibilidad de las cadenas de suministro de las organizaciones.
Su primer paso fue revisar todos los estudios de las cadenas de suministro sostenibles de los últimos cinco años con el fin de investigar sobre lo que ya se sabía y evitar duplicaciones. Desarrollaron hipótesis y preguntas centradas en averiguar “lo que ha funcionado”. Encuestaron a casi 1.000 profesionales acerca de sus prácticas y desempeño, de los que más de tres cuartas partes procedían de empresas con fines de lucro.
Después de analizar los resultados y controlar los factores clave, se hizo evidente que las prácticas de sostenibilidad tienen un impacto estadísticamente significativo en tres parámetros fundamentales: el éxito de las iniciativas sostenibles de la cadena de valor, los ahorros de costes y su impacto en los ingresos. Las principales prácticas que mostraron una eficacia particular se agrupan en torno a tres áreas: compromiso, metas y estándares.
Y estas actuaciones no son necesariamente complicadas, se trata simplemente de trabajar de manera diferente: tener conversaciones acerca de las expectativas y necesidades, intercambiar los distintos tipos de procesos y políticas que han tenido éxito para los demás, invitar a los proveedores a colaborar en nuevas soluciones, etc.
Fuente: MIT Sloan
Mayo 2013