La visión de la sociedad está cambiando y con ella, la forma en la que se dirigen las compañías. Hasta ahora, el fin de una empresa ha sido obtener beneficios económicos. Sin embargo, esta forma de entender los negocios está cambiando. Se está haciendo patente la necesidad de ver más allá de la propia empresa e identificar las necesidades de los propios trabajadores, la sociedad y el medio ambiente, para después poder trabajar en cubrir dichas necesidades.
De este modo, allá por 1914, Henry Ford anunció que duplicaría los sueldos de sus trabajadores, llegando a ser dos veces el salario medio de los fabricantes de automóviles en ese momento, y que reduciría la jornada laboral diaria de nueve a ocho horas, la mayor reducción de las 60 horas semanales estándar de las fábricas de Estado Unidos.
Además, ofreció compartir los beneficios con los empleados que tenían un estilo de vida “decente”, incluso dijo que quería que todos sus empleados pudiesen permitirse un coche Ford. Así, la Compañía Ford Motor llegó a convertirse en la primera firma en situar los propósitos junto a los beneficios.
Lo que hizo Ford no tenía precedentes y muchos pensaban que no estaba en sus cabales. Sin embargo, funcionó, pues sus trabajadores se convirtieron en los más codiciados y la compañía continuó con sus propósitos a lo largo de todo el siglo XX.
Sherry Hakimi, fundador y CEO de desarrollo organizacional de la firma Sparktures escribió: “Una organización sin visión gestiona personas y recursos, mientras que una organización con visión moviliza personas y recursos. La visión es la clave para conseguir una cultura organizacional fuerte, sostenible y expansible. No es un elemento visible, pero está presente para impulsar la organización”.
La Misión frente a la visión
A pesar de que “declaración de la misión” y “declaración de la visión” suenan de forma muy similar, son bastante diferentes. Por un lado, la declaración de la misión de la empresa describe lo que la compañía quiere hacer ahora. Ésta define los consumidores a los que dirigen su actividad y los procesos críticos de la misma, además de informar sobre el nivel de rendimiento deseado.
En cambio, la visión resume lo que la compañía quiere ser en el futuro. Se trata de una fuente de inspiración y motivación, que a menudo describe, no sólo el futuro de la organización, sino el futuro de la industria o la sociedad en la que la organización espera llevar a cabo su transformación.
En la siguiente infografía puedes ver de forma más clara estas diferencias:
Los beneficios de la visión
1. Definir la visión de la empresa y hacerla pública conlleva la obtención de más beneficios, como ya demostró Ford. Esto es así debido a que, actualmente, es un hecho muy importante de cara a los accionistas y los grupos de interés.
2. Una empresa que tiene una visión se verá favorecida en un futuro en el que los recursos puedan ser escasos y sea necesario producir nuevos productos y servicios, además de buscar nuevos clientes hacia los que irán dirigidos.
3. Hacer que los empleados de la compañía sientan que están trabajando por una buena causa gracias a la visión de la empresa, da lugar a una mayor productividad.
4. Las compañías que tienen sus declaraciones, tanto de misión como de propósitos, alineadas con un plan estratégico definido claramente consiguen una ventaja sobre las que no lo tienen.
Fuente: GreenBiz